SAN BENITO, HOY
Quienquiera que seas...Estás lejos. Estás cerca.Eres rebelde. Eres resignado.Eres limitado. Tienes cualidades.No importa.Quienquiera que seas.De todos modos,estás demasiado lleno de ti mismo.Vacíate.Libérate.Toma las armas:no las que matan,sino las que liberan.Hazte violencia.Quienquiera que seas,únete a Cristo:el Reino es conquistado por asalto,por los violentos.
Hoy, celebramos la fiesta de nuestro fundador y pedimos vuestras oraciones por toda la familia benedictina, para que seamos fieles a nuestra vocación monástica, y también por todos los seglares que han hecho de la Regla Benedictina su norma de vida.
Un joven estudiante romano deja sus libros y la fortuna paterna para retirarse en un valle salvaje, en los alrededores de Subiaco, para agradar solo a Dios. Así comienza todo para Benito. El duro aprendizaje de la soledad le abre el corazón al verdadero conocimiento de sí mismo y deja un sitio claro para Dios.
Cuando enseguida empiezan a venir visitantes se admiran de la lucidez de un hombre de Dios. Desean incluso quedarse y vivir con él. Benito se convierte así en guía espiritual de estos nuevos convertidos: prueba la seriedad y la autenticidad de su camino y se decide a fundar comunidades. Bajo su guía todos viven la ardiente búsqueda de Dios a través de las huellas de Cristo. Y esta experiencia de vida evangélica nos es entregada por Benito en su Regla.
Han pasado más de 1500 años. Hombres y mujeres se reconocen todavía en esta experiencia de Benito. Para nosotras también vivir el evangelio adquiere esta forma abrupta. Es nuestro camino para encontrarnos con Cristo, y puede ser el tuyo si quieres tomar como lema de tu existencia el no anteponer nada al amor de Cristo.
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