DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

Hoy, domingo de la Divina Misericordia, quiero compartir una preciosa oración que aparece en el Diario de Santa Faustina Kowalska, además de tener un recuerdo para el beato Juan Pablo II que instauró esta fiesta y en sus primeras vísperas partió para la casa del Padre.
Oh Jesús, Amigo del Corazón solitario, Tú eres mi puerto, Tú eres mi paz, Tú eres mi única salvación. Tú eres la serenidad en los momentos de lucha y en el mar de dudas. Tú eres el rayo brillante que ilumina el sendero de mi vida. Tú eres todo para el alma solitaria. Tú comprendes al alma, aunque ella permanezca callada. Tú conoces nuestras debilidades y, como un buen médico, consuelas y curas, ahorrándonos sufrimientos como un buen experto.

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